2006-08-13

Razones por las que me declaro desertor en la tercera guerra mundial (Máximo)

Procedente de GDFH


1. Me cuesta horrores madrugar.
2. Aborrezco el estilo prepotente de las grandes potencias.
3. Quizá me sobreestimo, pero doy más valor a mi vida que a un barril de petróleo.
4. Tengo algunas dudas sobre las centrales nucleares pero absolutamente ninguna respecto al uso apocalíptico de la energía atómica.
5. El cornetín de ordenes no figura entre mis instrumentos favoritos.
6. No me divierte la ruleta rusa, ni aunque el revolver sea norteamericano
7. Trataré de evitar que Carter y Jomeini se maten por medio de mi cadáver interpuesto
8. Pienso que hay demasiada gente interesada en que el desarme sea utópico
9. Reivindico mi derecho a no ser movilizado contra mi voluntad.
10. Prefiero vivir bajo la amenaza soviética (o americana, o china, o chiíta, que bajo una lápida)
11. Holocausto, no, gracias.
12. Me molestan los ruidos bélicos, el fragor de las batallas y el estrépito de la sangre cuando salpica al mundo.
13. Me trae sin cuidado que Hollywood pierda una ocasión de ganar dinero y animar a los muchachos.
14. No me seduce ser una parte alícuota en la tumba del soldado desconocido.
15. Tampoco, en el mejor de los casos, desfilar en el gran día ante los rutilantes fabricantes de cadáveres.
16. Me basta y me sobra con la poesía épica que se ha escrito hasta ahora.
17. Estoy contra la masificación industrializada del negocio de pompas fúnebres.
18. Prefiero los arenques a las arengas.
19. Rechazo la hipnosis hímnica.
20. Carezco de vanidad heroica.
21. La guerra para quien la trabaja.
22. Donde este una novia de paz que se quiten diez madrinas de guerra.
23. No estoy maduro para el martirologio.
24. Mi pesimismo histórico tiene un límite.
25. Dada la crisis energética no puedo dilapidar mis reservas sanguíneas.
26. Declino el honor de que los estrategas se luzcan a mi costa.
27. Que el dilema capitalismo-socialismo se dirima mediante confrontación académica entre la Harvard University (Cambridge, Massachusetts) y la Universidad Lemonosov (Parque Lenin, Moscú).
28. Soy escéptico en fatalidades milenaristas.
29. Me resisto a hacerle el juego a los poetas chinos.
30. En mi historia clínica personal prefiero que la naturaleza siga su curso.
31. No aceptaría la tesis de que se había hecho todo para impedir la catástrofe, puesto que una cosa no se habría hecho: el desarme mundial.
32. Los uniformes no van con mi manera de vestir.
33. Creo que la vida es bastante mortal por sí sola.
34. Me niego a ser contemporáneo de una barbarie tan antigua.
35. Esa guerra no la habré empezado yo. Es más, estoy seguro que se habrá declarado sin mi permiso y hasta contra mi voluntad contraria aquí claramente insinuada.
36. Todo es negociable menos el honor, pero el honor es patrimonio del alma y el alma es inmaterial y, por tanto, inmune a las balas: de aquí la inutilidad de la guerra santa, la más absurda y herética de todas.
37. Encuentro incompatible el derecho a la vida y el deber de ir a la guerra.
38. Ya tengo bastante con el equilibrio del terror. No pueden pedirme que contribuya a romperlo, o sea, que cambie el terror teórico por su aplicación práctica.
39. Dado el polvorín con el que contamos, que nadie me hable de «mal menor».
40. No tengo interés alguno en que media humanidad derrote a la otra media.
41. Mucho menos que la humanidad entera derrote a la población total.
42. Soy opuesto al genocidio por nuestro bien.
43. Ellos son los agresores según mi sargento; pero según el sargento de mi enemigo, los agresores somos nosotros.
44. No seré yo quien se tome seriamente el arsenal de barbitúricos termonucleares que unos gobernantes psicópatas amontonan en nuestras mesillas de noche.
45. De los «cracs» económicos se reponen las bolsas y de los «cracs» ideológicos se reponen los filósofos; pero los muertos de Hiroshima aún no se han repuesto del «crac» atómico.
46. Ya esta bien de Abeles cuyo humo es blanco y recto y de Caínes cuyas desastrosas fogatas atentan el buen gusto.
47. Si se derrumban los valores, al menos que no se derrumbe el de la paz
48. Si peligran las libertades, al menos que no sucumba la de negarse a hacer la guerra.
49. No quiero morir cinco minutos antes de que los respectivos cancilleres lamenten lo ocurrido, brinden con champán y firmen con pluma de oro el correspondiente tratado de paz.
50. Que abran mercados sin abrirme a mí en canal.
51. No mataré a nadie por motivos materiales y mucho menos por espirituales.
52. Soy mayor para jugar a soldados. También para que otros jueguen a batallas conmigo tomándome por un Geyperman.
53. Al fin tendría una buena razón para irme a la Polinesia a pintar.
54. La intemperie produce sabañones, reuma, artrosis y carrasclás.
55. ¿Cómo pueden preconizar la guerra gentes tan preocupadas por la productividad?
56. No me interesa quien empezó primero. Además jamás podré saberlo.
57. Aunque me vencieran, no me convencerían.
58. No me convence vencer.
59. Soy partidario de solucionar el paro por otros medios.
60. Bombardear anticonceptivos de napalm sobre las ciudades dormidas no me parece el método más idóneo para controlar la natalidad.
61. Estoy por la demografía democrática. No traumática.
62. Mi patria es el mundo, toda guerra es civil y mi bandera es un firmamento de incontables estrellas.
61. No tengo acciones ni obligaciones en la industria de armamento.
64. Allá los gobiernos con su criminal codicia en todo tipo de «export-import» .
65. Prefiero que la cirugía progrese con pacientes convencionales.
66. No me gusta que para ser libre me obliguen a formar.
67. Creo que las guerras son evitables y los guerreros también.
68. Etcétera, etcétera, etcétera... Y
3569. Con dos guerras mundiales ya me he convencido suficientemente del grado de estupidez a que pueden llegar los grandes hombres que rigen el mundo. No necesito más demostraciones.

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