Una Historia del Ogame

Demostracion clara de que este juego se ha convertido en algo mas que un juego para algunos.

Escrito originalmente por SONIA
- (Universo 5) Sexo, mentiras y videochats

¿Quién dijo que las alianzas proporcionan seguridad y protección? ¿Quién dijo que las guerras en OGame no pueden ganarse de golpe? Utilizando un reclamo sexual (al final va a tener algo de cierto que el género influye en las capacidades de un jugador) una chavala ha conseguido cargarse de un plumazo a todos los jugadores de su propia alianza, borrándolos de la faz del universo por completo y para siempre. Todo se desarrolló en un hilo del foro en el cual se exponían las batallas y comentarios de una guerra calentita entre dos alianzas (llamémoslas Perdedora y Ganadora), donde una persona tuvo la mala idea de utilizar el sexo en el juego y lanzó un órdago peligroso para la empresa que hay detrás de OGame. El resumen es largo, así que coged las palomitas que empieza la acción.

La alianza Perdedora hacía aguas en la guerra, de modo que urgía dar un golpe de efecto para finalizar expeditivamente el conflicto. Consciente de que las posibilidades de su cuerpo eran superiores a las de todas sus flotas, la embajadora de la alianza Perdedora intentó seducir a un par de sus enemigos de la alianza Ganadora utilizando mensajería instantánea y una explícita actuación ante la cámara de videochat. Y sucedió que nada menos que el líder de la alianza Ganadora picó el anzuelo y respondió con otra actuación en directo de similares características, presumiblemente tanto o más subida de tono. Muchas imágenes del extasiado onanista fueron capturadas por la promotora del orgásmico lance y conservadas entre los bits de un disco duro. Vamos, que para ganar la guerra, provocó sexualmente al líder de la alianza enemiga y guardó las imágenes para chantajearle.

Posteriormente la embajadora llevó a cabo la segunda parte de su plan. Creyendo que la capacidad de excitar a alguien sexualmente le hacía inmune a su propia estupidez, atacó con un ultimátum en el que exigía la paz, amenazando con difundir el "casting" pornográfico por la red en caso de no ceder el enemigo. El ultimátum no fue aceptado, pues lo que se esperaba de la alianza Perdedora era una rendición, de modo que la mala bestia cumplió su amenaza. Dicho en plata, amenazó con publicar y posteriormente publicó imágenes del enemigo desnudo en acción. Resulta curioso que en las imágenes capturadas también aparecía ella desnuda en una ventanita aparte, pero eso no le importó (todo sea por salvar la guerra en un juego, ¿no?). Eso encendió la mecha de la bomba, provocando las risas de unos, la indignación de otros... y la vergüenza de todos, creo yo. Pero esto fue sólo el principio de la pesadilla.

Evidentemente la audaz embajadora fue baneada fulminantemente del juego y del foro por chantajista (para colmo resultó ser "multijugadora", pero eso es otra historia). También hubo una disculpa pública por parte del líder de la alianza Perdedora. No obstante, eso no terminó con las crueles burlas de unos y las airadas acusaciones de otros. Alguno de los que reían la broma llegó a insinuar jocosamente que ofrecía a quien lo solicitase un vídeo de la actuación. Para agravar la cosa, las imágenes capturadas fueron publicadas en un número indeterminado de foros externos, incluyendo foros de algunas alianzas del juego, de modo que efectivamente se difundieron por la red. Hubo cierto goteo de jugadores que prudentemente se desmarcaron abandonando la alianza Perdedora ante lo que pudiese venir. La cosa iba a mayores, el fuego no se apagaba y durante tres días el tema se fue calentando más y más. El hilo del foro donde se desarrollaba este peligroso "spam" rondaba las doscientas páginas de amenazas, porno e insultos cuando llegó el espectacular desenlace.

La administración de OGame adoptó finalmente una medida algo extremada pero sin duda consecuente, al darse cuenta del marrón que flotaba en el aire (dejando de lado el chantaje, nada menos que atentado contra la imagen pública y difusión de material pornográfico a menores, dos delitos perfectamente denunciables a ambos lados del Atlántico). Dada la imposibilidad de concretar los responsables de la distribución de las imágenes, Hastings, el responsable de OGame hispano, decidió cubrir las espaldas de la empresa ante la ley y expulsó personalmente del juego a todos y cada uno de los participantes de la alianza Perdedora, puesto que presumiblemente los culpables se encontraban entre ellos (junto a casi una treintena de jugadores más, pero para qué detenerse en minucias). Como detalle paradójico, un jugador de la alianza Ganadora también fue baneado, pues ejercía de topo espía en la alianza Perdedora.

Las tornas cambiaron. De la noche a la mañana los que reían pasaron a llorar, y algunos de los que clamaban venganza exigiendo ban para todos los burladores pasaron a argüir que el castigo resultaba excesivo porque afectaba a gente no implicada. La perla que tomó personalmente las imágenes intentó escurrir el bulto puerilmente diciendo que las seductoras imágenes utilizadas para el "calentamiento" de la víctima no eran de su persona sino que se limitó a poner un vídeo porno desde un cibercafé a un jugador que le molestaba insistentemente por videochat, y que a sus quince añitos no tenía ni idea de cómo manejar imágenes y subirlas a la red (un curioso caso de rejuvenecimiento, pues tenía veintipico años cuando intentaba seducir y enganchar a sus enemigos de OGame ante la cámara). En el foro empezaron a abrirse nuevos y larguísimos hilos sobre el tema que atormentaban a los moderadores por su potencial contenido pornográfico, y prácticamente todo el mundo dijo "digo" donde antes decía "diego".

Pero como lo mejor que puede hacerse con un cadáver es cubrirlo con tierra, al día siguiente del baneo masivo la administración de OGame dio la puntilla ordenando eliminar de los foros cualquier rastro ofensivo del tema (mensajes, enlaces, etc.). Así que después del maremoto no quedan apenas huellas. Lo único que queda del embrollo es la enseñanza de que un par de tetas pueden más que dos mil estrellas de la muerte, que hay que guardar el pajarito en casa y que pertenecer a una alianza puede suponer la muerte súbita de todas sus flotas sólo por la presencia de un único elemento idiota en ella.